Los divorciados con hijos bajo su custodia, que han decidido compartir su vida con otra pareja, no podrán residir en la vivienda familiar. Así lo ha establecido el Pleno de la Sala Primera del Tribunal Supremo, alegando lo siguiente: “La probada convivencia del progenitor, que se ha quedado con la custodia de los hijos, con otra persona tras el divorcio, extingue el derecho de usoque tenía de la vivienda familiar”. Esto significa que la entrada en la casa de una pareja que no sea el cónyuge hace perder su naturaleza de vivienda familiar, pues se trata de una relación diferente.

La atribución de la vivienda en caso de custodia compartida es uno de grandes problemas de la sociedad actual. Sentó jurisprudencia el caso de un padre divorciado que solicitó el disfrute de la vivienda familiar de la que era copropietario. La madre venía haciendo uso exclusivo de la casa desde que se separaron; el Tribunal Supremo falló a favor del padre, dando un año de plazo a la madre para que buscase otra vivienda. 

Con anterioridad, había sentencias que daban otras soluciones, como liquidar la vivienda, pues no constaba que la madre necesitase una protección especial.

Un caso reciente es el de una sentencia recurrida, que había acordado la extinción del derecho de uso cuando se procediera a la liquidación de la sociedad de gananciales, pues se consideraba que la vivienda había perdido su condición de casa familiar con la presencia de la nueva pareja. El Supremo ratificó estos argumentos y añadió: “La entrada en la vivienda de un tercero, pareja del progenitor que se ha quedado con la custodia de los niños, cambia el estatus del domicilio familiar”. Además, dicha circunstancia también afecta a la pensión compensatoria e incluye el interés de los hijos, pues añade elementos de valoración distintos de los que se contemplaron inicialmente.

Así pues, el derecho de uso de la vivienda familiar se concede y se mantiene siempre que conserve el carácter familiar. Por otro lado, el interés de los hijos no puede desvincularse totalmente del de sus padres cuando es posible su conciliación.