El otoño se ha dejado caer, sus colores ya están por todas partes. ¿En tu casa también? Es el momento de ponerla a tono con la estación, una estación rica en matices que pueden lucir mucho en cualquier estancia.

La hoja experimenta un cambio de color que no podemos ignorar en materia de decoración. En este sentido, la gama cromática es muy amplia. Los tonos tierra ocupan un lugar preferente, así como los pardos. Son tonos que transmiten apego a la naturaleza y, además, combinan muy bien con el blanco roto.

Otro color muy apropiado para el otoño es el dorado, un color que nunca pasa de moda. Puede estar presente en lámparas, marcos de espejo, picaportes o barandillas. El brillo que desprende el dorado vende lujo y suntuosidad. Igualmente, el caldero refleja valor, pero su aire es más rústico.
 
El naranja es un color que marca tendencia, transmite energía y sirve para contrastar provocando un bonito impacto visual. Un naranja calabaza puede dar mucha vida a cualquier rincón.
 
Todo lo contrario ocurre con el gris, el color neutro por excelencia. Su aspecto suave y discreto es ideal para mantas y cojines, dado que su misión es complementar a los muebles principales.
 
El violeta también tiene su cuota de protagonismo dentro del otoño. Su efecto relajante es considerable, por eso se puede utilizar en las zonas de descanso, como los dormitorios, para ropa de cama e incluso alfombras.
 
Por otro lado, cuidar la iluminación es esencial. La luz debe ir en línea con la temporada para aportar calidez al hogar, de ahí la importancia de elegir bien las bombillas. Por cierto, las lámparas de papel, sobre todo en los techos, están de moda.
 
El otoño es así, tiene sus colores y también otro tono luz, no tiene vuelta de hoja.