Según la Asociación de Promotores Constructores de España, el sector inmobiliario todavía tiene margen de crecimiento, no ha tocado techo. Y es que, actualmente, la construcción de vivienda nueva está muy por debajo de las necesidades del país.

Los datos lo dicen todo. España registra un ritmo de construcción de 100.000 viviendas anuales, frente a las 800.000 del periodo anterior a la crisis, eso sí, con un régimen hipotecario más riguroso. 

Esta misma asociación considera que el incremento actual de los precios no es homogéneo en todo el país, aunque sí más acentuado en ciudades como Madrid o Barcelona. Sin duda, una muestra inequívoca de que no se han inflado los precios de forma generalizada, ya que en la mayoría de nuestras urbes los precios de la vivienda están aún en valores inferiores a los alcanzados antes de la crisis.

La asociación reclama a las administraciones públicas un trabajo conjunto entre los distintos actores del sector inmobiliario, todo para impulsar la promoción de vivienda de nueva construcción. Esto supondría un incremento sustancial de la oferta de vivienda social y pública, que desde hace años se encuentra en mínimos históricos.

Por otro lado, la escasez de oferta de vivienda social y pública es una de las razones que provoca dificultades para acceder al mercado inmobiliario a determinados colectivos, como es el caso de los jóvenes. En consecuencia, esta asociación considera imprescindible el aumento de la oferta de vivienda social y pública, junto con otras medidas, como ayudas e incentivos fiscales para este segmento de la población.

Asimismo, habría que dotar al sector de una seguridad jurídica real que permita desarrollar políticas efectivas con medidas a largo plazo; solo desde un marco normativo perdurable se podrán satisfacer las necesidades actuales de los consumidores. Ahora que la construcción de viviendas va para arriba, hay que implementar medidas que favorezcan la adquisición de las mismas.