Pongámonos en esta situación: tu hijo quiere comprar una casa y, si bien la hipoteca no será un problema para él, va a necesitar dinero para pagar la entrada. Tú dispones de unos ahorros y tienes pensado ayudarle. Sabes que tienes dos opciones: prestarle el dinero o regalárselo mediante una donación. Sin embargo, ¿conoces las diferencias de tributación entre ambos métodos?

Donación de dinero  
Cuando se realiza una donación de dinero, pongamos de un padre a un hijo, el hijo deberá pagar el Impuesto de Donaciones, que cuenta con importantes ventajas fiscales que varían en función de la Comunidad Autónoma en la que resida quien recibe la donación.
 
Sin embargo, para disfrutar de estos beneficios fiscales, es necesario cumplir los requisitos que pone cada Comunidad Autónoma, por lo que conviene informarse en cada caso.

Préstamo de dinero  
Si el dinero se presta en vez de donarse, esta transacción deberá formalizarse por escrito. Los préstamos entre particulares tributan en el Impuesto de Transacciones Patrimoniales, pero están exentos de pago. Para demostrar esto, se deberá presentar la autoliquidación de este impuesto (el modelo 600), en la que figurará la exención.
 
Además, suele ser recomendable redactar un contrato de préstamo, en el que figuren las cuotas y los plazos de cada una. El préstamo puede llevar intereses (que deberán figurar en el IRPF del donante) o ser gratuito (en este caso, esto debe dejarse claro en el contrato, con el fin de que Hacienda no los reclame en el IRPF).
 
Es posible que el progenitor que le presta dinero a su hijo cambie de idea y decida regalárselo. En este caso, el préstamo pasará a ser una donación y, por tanto, a tributar como tal. El hijo deberá pagar el Impuesto de Donaciones en este caso, si bien puede no haber cumplido los requisitos dictados por su Comunidad, por lo que no disfrutaría de las ventajas fiscales.