En la casa hay dos estancias donde los revestimientos cerámicos son esenciales: la cocina y el baño. Por eso, a la hora de acometer una reforma, hay que tener muy claro cómo se quieren: grandes o pequeños, lisos o estampados…

Cierto es que seleccionar materiales y acabados no es fácil, sobre todo cuando esos materiales van a estar en la casa durante muchos años. Aquí tienes unos consejos muy prácticos para hacerlo con buen criterio.

1º Elige los azulejos en función de una paleta de color
Seguro que tienes predilección por un color, pero no olvides que los azulejos deben combinar con el resto de colores de la estancia. Una vez contrastado este punto, decide qué paleta cromática te gusta, eso sí, no deberá incluir más de tres colores.

A la hora de elegir los colores, empieza por los complementarios, es decir, los que están colocados de forma opuesta en la rueda del color. Además, debes preguntarte qué colores te atraen o estimulan más. Si te inclinas por la naturaleza, verdes, azules y tierras casan muy bien.

2º Combina diferentes formatos y escalas
La cerámica es un material con una larga tradición, pero ha evolucionado mucho. Ahora puedes encontrar azulejos con una gran variedad de texturas y formatos. En este sentido, combinar tamaños y colores en una misma estancia es una idea muy original, además, puedes añadir otros materiales, como la madera.

Reparar en todos los detalles, como el grosor de las juntas que separan los azulejos, es determinante. El hecho de que el grosor sea más fino o más grueso puede cambiar el decorado por completo.

Si las piezas tienen una forma singular, como es el caso de las hexagonales, conviene que la junta sea discreta para pasar desapercibida. Esto significa que debe ser más fina y llevar un color similar al de las piezas. Por el contrario, si deseas que destaque el patrón de los azulejos o la forma en que están colocados, puedes elegir una lechada más oscura para que contraste.

Los azulejos deben guardar un perfecto equilibrio entre funcionalidad y estética. Para las paredes, por ejemplo, se pueden combinar azulejos esmaltados con azulejos de textura mate, algo que aporta exclusividad a la composición. Para el suelo del baño conviene optar por un azulejo mate, en vez de brillante, porque tiene la propiedad de ser antideslizante. Sin embargo, para la cocina ha de ser satinado y más sufrido.

 
Recuerda que un azulejo bien escogido significa mucho, pues puede reflejar tu personalidad.